El tercer y último día que pasamos en Rapa Nui nos amaneció lluvioso, pero aún así decidimos visitar la zona de Tahai, muy cerca de Hanga Roa. Se trata de uno de los asentamientos más antiguos de toda la isla, y se piensa que aquí fue enterrado el último ariki mau (o gobernante de alto rango). El lugar es realmente bonito, situado justo frente al mar, con caballos y amplios prados.En la imagen, en primer plano vemos al moai Ahu Tahai, datado en el 700 d.C., y de unos 4,5 metros de alto. Al fondo, el Ahu Vai Ari (agua oscura) datado en 1200 d.C.
Continuamos el paseo y encontramos un cementerio bastante pintoresco, donde se pueden ver entremezclados los diferentes cultos religiosos.
Aprovechando un breve lapso de tiempo sin lluvia que nos dio el clima, subimos al famoso volcán Rano Kau, el más grande de la isla. Es en este volcán donde se encuentra uno de los lugares más interesantes y conocidos de la isla, la aldea ceremonial de Orongo. Es el centro del arte rupestre por excelencia de Rapa Nui, con gran cantidad de petroglifos tallados en sus rocas.
Las primeras casas de piedra en Orongo parecen haberse construido hacia el 1400 d. C. Con el tiempo y en especial en torno a la ceremonia del Tangata Manu, se llegaron a construir 54 casas alineadas en el borde del cráter, formando tres conjuntos independientes que miran hacia el mar. Casi todas las casas fueron saqueadas y destruidas durante las diferentes expediciones europeas y reconstruidas varias veces en las últimas décadas (fuente: imaginaisladepascua.com).
Esta casa fue dejada sin reconstruir para que se pudiera apreciar su interior. Se trata de casas bajas y estrechas (entre 1 y 2 metros de alto) comunicadas entre si por pasillos angostos, y construidas con gruesos muros hechos a base de lajas de basalto, que protejan de los fuertes vientos del lugar. Por el reducido tamaño que muestran, se piensa que sólo se usaban como dormitorios.En la primera imagen, un mosaico del centro de visitantes que representa al Tangata Manu u hombre pájaro. En la segunda, la isla Motu Nui, hasta donde debían nadar los competidores para conseguir el primer huevo de Manutara. Más información sobre la competición del hombre pájaro (fuente: imaginaisladepascua.com):
No se sabe en detalle cómo surgió la competencia del hombre pájaro. Según la tradición, una vez abandonado el culto a los ancestros que representaban los moai y dada la pérdida de prestigio del antiguo orden político y religioso, surgen grupos tribales enfrentados deseosos de tomar el poder. Hacia finales del siglo XVII, se establece que la mejor forma de alcanzar el poder es mediante una competencia anual con sede en Orongo, donde el ganador gozaría de una serie de derechos y privilegios sobre sus rivales durante su período de mandato.
Al aproximarse la primavera, los grupos más poderosos se organizaban para participar en la competencia. Se reunían en la gran aldea de Mataveri, para luego subir en el momento oportuno hasta Orongo. Cada clan elegía a un representante, el hopu manu. En el momento culminante de las fiestas y rituales, debían descender el acantilado de Orongo y nadar hasta el Motu Nui con la ayuda de flotadores de totora llamados pora. Allí debían esperar la llegada de las aves marinas, hasta que alguno de ellos pudiera conseguir el primer huevo del Manutara. El ganador anunciaba a los suyos el resultado, lo que inmediatamente convertía a su jefe en el elegido por Make Make para convertirse en el tangata manu de esa temporada, hasta la siguiente primavera.Una de las mejores cosas de la aldea de Orongo es su privilegiada situación, justo en le borde del cráter del volcán Ranu Kau (volcán grande con agua dentro).
Antes de despedirnos de este mágico lugar, os dejamos algunas imágenes del grupo de danza y música Kari Kari, al que fuimos la noche anterior.